Taylor escribe un artículo por el 125 aniversario de Wall Street Journals [Artículo escrito por ella]

PARA TAYLOR SWIFT, EL FUTURO DE LA MÚSICA ES UNA "HISTORIA DE AMOR"

La compositora dice que los artistas y los fans seguirán teniendo profundos lazos, pero de diferente manera

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¿Dónde estará la industria de la música dentro de veinte, treinta o cincuenta años?

Antes de decir lo que pienso sobre el tema, deberíais saber que estáis leyendo la opinión de una optimista entusiasta: una de las pocas almas vivas en la industria de la música que sigue creyendo que la industria de la música no ha muerto..., sino que está cobrando vida ahora.

Hay mucha (mucha) gente que prevee la ruina de las ventas de música y la irrelevancia de un álbum como entidad económica. Yo no soy una de esas personas. En mi opinión, el valor de un álbum está basado, y seguirá estándolo, en cuánto corazón y alma le pone un artista a un trabajo, y en el valor financiero que los artistas (y sus discográficas) le ponen cuando su música se lanza al mercado. La piratería y el uso compartido y el filtro de archivos han disminuido el número de copias vendidas drásticamente, y cada artista se lo ha tomado de manera distinta.

En los últimos años, seguramente hayáis leído artículos sobre grandes artistas registrados que han decidido regalar su música, prácticamente, por tal promoción o por tal contrato exclusivo. Mi esperanza para el futuro, y no solo en cuanto a industria de la música, sino también para todas las jóvenes con las que me encuentre, es que todos ellos reconozcan su valor y lo reclamen.

La música es arte, y el arte es importante y único. Las cosas importantes y únicas son valiosas. Las cosas valiosas deben tener un precio. Mi opinión es que la música no debería ser gratuita, y mi predicción es que los artistas individuales y sus discográficas decidan algún día cuál es el precio asequible para un álbum. Y espero que no subestimen ni infravaloren ellos mismos el arte que hacen.


Flechas atravesando corazones

Hablando de ventas de álbumes, me gustaría resaltar que la gente sigue comprando álbumes, pero en menor cantidad. Ahora solo compran aquellos que les llegan al alma como una flecha atravesando su corazón o que les han fortalecido o les han hecho sentir menos solos de lo que están. No es tan fácil como hace veinte años tener un disco multiplatino, y eso a los artistas debería desafiarnos y motivarnos.

Siempre van a existir esos artistas que se abren paso desde un nivel emocional y acaban en las vidas de la gente para siempre. Yo lo veo de manera que los fans ven la música como ven sus relaciones. Algunas canciones solo se hacen por diversión, como si fueran una aventura pasajera (aquellas que se bailan en los clubs y en las fiestas durante un mes, mientras son un éxito en la radio, y a los días ya se han olvidado). Algunas canciones y álbums representan épocas de nuestra vida, como las relaciones que seguimos guardando en nuestra memoria, que tuvieron su tiempo y ahora residen en el pasado.

Sin embargo, algunos artistas tratan de encontrar "el único". Mimaremos cada álbum que sacan hasta que se jubilen y pondremos su música a nuestros hijos y nietos. Como artista, ese es el lazo soñado que esperamos establecer con nuestros fans. Creo que en el futuro seguirá existiendo la posibilidad de esa clase de vínculo, el que mi padre tiene con los Beach Boys y el que mi madre tiene con Carly Simon.

Considero que la forma de crear un vínculo con los fans se hace ofreciéndoles constantemente el elemento de la sorpresa. No, no he dicho "shock"; he dicho "sorpresa [Se refiere a que no pretende dejarnos muy asombrados o en blanco con algo, sino más bien a que nos quedemos "enganchados" por algo que no esperamos y nuestra reacción consecuente sea óptima]. Yo creo en las parejas que siguen enamoradas durante décadas si continúan sorprendiéndose entre sí, así que, ¿por qué no puede existir ese amor entre un artista y sus fans?

La generación YouTube en la que vivimos, yo subía al escenario en estadios en la última gira sabiendo que casi todos los fans ya habían visto el concierto en internet. Para continuar mostrándoles algo que no hubieran visto antes, llevaba docenas de artistas invitados especiales para que cantaran sus éxitos conmigo. Mi generación se ha criado pudiendo cambiar de canal cuando nos aburríamos y pudiendo leer la última página del libro cuando estábamos demasiado impacientes. Queremos que nos cojan desprevenidos, que alucinemos. Espero que la siguiente generación de artistas siga pensando maneras ingeniosas de mantener a su público a sus pies, sea lo desafiante que sea.

Hay unas cuantas cosas de las que he sido testigo de que se han vuelto obsoletas en los últimos años, siendo lo primero los autógrafos. No me han pedido un autógrafo desde la invención del iPhone, con cámara frontal. El único recuerdo que "los niños de hoy" quieren es un selfie. Es parte de una nueva moneda, la cual parece ser "la cantidad de seguidores que tengas en Instagram".


El poder de los fans

Una amiga mía, que es actriz, me contó que cuando en el casting de su última película se quedaron con dos actrices (para el mismo personaje), el director de casting elegió a la que tenía más seguidores en Twitter. Veo que esto se está convirtiendo en una moda en la industria de la música. Esto me hace retroceder a 2005, cuando yo entraba a las primeras reuniones con mi discográfica y les explicaba que ya me había comunicado directamente con mis fans a través de esa nueva red social llamada MySpace. En el futuro, los artistas conseguirán contratos discográficos porque tienen fans - y no al revés.

Otro tema que veo que se está volviendo gris es la distinción de géneros musicales. Últimamente, parece que nada bueno que oigas en la radio proviene de una única influencia musical. La desenfrenada e impredecible diversión haciendo música hoy en día es que todo vale. El pop suena como hip hop; el country suena como rock; el rock suena como soul; y el folk suena como country - y para mí, eso es un progreso increíble. Yo quiero hacer música que refleje todas mis influencias, y creo que en las próximas décadas la idea de los géneros se hará menos una salida profesional y más una herramienta institucional.

Este momento en la música es muy emocionante, porque las técnicas creativas que un artista puede explorar son infinitos. En este momento en la música, salir de tu zona de confort se premia, y la evolución sónica no solo se acepta..., sino que se celebra. El único riesgo de verdad es tener demasiado miedo a asumir ese riesgo totalmente.


La fama y la celebridad

Vaticino que algunas cosas no cambiarán nunca. Siempre habrá cada vez más obsesión por la vida privada de los músicos, especialmente de los más jóvenes. Artistas que llegaron a su cumbre comercial en los 70, 80 y 90 me dicen: "¡Fue una locura para nosotros aquel entonces!" Y yo sospecho que diré lo mismo a los artistas más jóvenes algún día (Que Dios les ayude). También continúa habiendo el debate entre la chica mala y la chica buena y el debate entre la modosita y la sexy, y mientras esas etiquetas sigan existiendo, solo espero que haya adversarios en ambas partes. Todo el mundo necesita a alguien con quien se le relacione.

¿Y en cuanto a mí? Estaré retrepada (en un sillón) y volviéndome anciana, viendo cómo todo esto pasa o no, siempre tratando de mantener una vida arraigada a este mismo optimismo.

Y me gustaría tener un bonito jardín.


Fuente: The Wall Street Journals

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